Rompe la Barrera del No
Resumen del Libro
Rompe la barrera del no de Chris Voss
- Presentación del autor y su contexto profesional.
- Relevancia del libro en el panorama actual de las negociaciones.
- Qué es y cómo se diferencia de otros estilos de negociación.
- Aportes del enfoque del FBI.
- Reinterpretación del rechazo y su papel como punto de partida.
- De la comprensión emocional a la influencia.
- Técnicas sugeridas: etiquetado emocional, escucha activa.
- Lenguaje corporal y modulación de la voz.
- Técnicas como el “tono de locutor de tarde”.
- Enfoques colaborativos y el uso de preguntas calibradas (“¿cómo?” y “¿qué?”).
- Consolidación de acuerdos y mantenimiento de relaciones duraderas.
- Síntesis del enfoque de Voss.
- Valor actual del libro en negociaciones digitales, laborales y personales.
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Resumen de Rompe la Barrera del No
1. Introducción
Chris Voss es un experto en negociación con una trayectoria excepcional como negociador principal del FBI en situaciones de crisis a nivel internacional. Durante más de 24 años, se enfrentó a algunos de los escenarios más extremos y delicados imaginables: secuestros, tomas de rehenes y amenazas terroristas, tanto en Estados Unidos como en el extranjero. Su trabajo lo llevó a liderar diálogos con criminales de alto perfil, terroristas y secuestradores, donde cada palabra podía marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Esta experiencia única lo llevó a cuestionar y refinar las técnicas clásicas de negociación, desarrollando un enfoque profundamente humano, centrado en la empatía y la psicología conductual.
Tras su retiro del FBI, Voss fundó The Black Swan Group, una consultora que entrena a empresas, organizaciones y particulares en habilidades de negociación efectivas para entornos de alta presión. Además, se desempeña como profesor adjunto en escuelas de negocios como Georgetown y ha sido conferencista en múltiples plataformas de prestigio internacional. Su capacidad para traducir experiencias complejas del ámbito criminal a contextos empresariales y cotidianos lo ha convertido en una figura influyente en el campo de la comunicación estratégica.
El libro Rompe la barrera del no (Never Split the Difference, en su título original en inglés) es el compendio de esas lecciones extraídas del campo y adaptadas a negociaciones en el mundo real. Desde comprar un coche hasta cerrar contratos millonarios, pasando por resolver conflictos familiares o laborales, Voss sostiene que la clave para negociar no está en ser más agresivo o racional que el otro, sino en comprender las emociones humanas que subyacen en cada decisión. El título del libro alude a una de sus máximas principales: nunca aceptar dividir la diferencia, ya que hacerlo generalmente implica perder parte de lo que realmente se quiere.
A través de anécdotas personales, estudios de caso y un enfoque accesible pero profundo, el autor plantea que todo es negociable, y que el poder real en una negociación está en saber escuchar, crear conexión y generar una sensación de seguridad en la otra parte. La propuesta de Voss se distancia de los modelos tradicionales de negociación basados en la lógica o la dominación, y propone un enfoque táctico que combina empatía, inteligencia emocional, análisis conductual y un uso preciso del lenguaje.
En el contexto actual, donde las negociaciones no solo ocurren en salas de juntas sino también en correos electrónicos, videollamadas y chats instantáneos, la propuesta de Rompe la barrera del no adquiere una relevancia renovada. El libro ofrece herramientas útiles no solo para ejecutivos o vendedores, sino para cualquier persona que quiera mejorar su capacidad de influir, persuadir y colaborar de manera efectiva. En un entorno global cada vez más interconectado y volátil, comprender cómo las personas toman decisiones y cómo se sienten escuchadas es una ventaja competitiva clave.
2. Fundamentos de la negociación táctica
La negociación táctica, tal como la define Chris Voss, es una aproximación estratégica que se aleja de los modelos tradicionales de negociación basados exclusivamente en la lógica, la persuasión racional o el intercambio de concesiones. En lugar de eso, se fundamenta en el reconocimiento de que las decisiones humanas no son puramente racionales, sino profundamente emocionales. Este enfoque parte de una premisa central: en toda negociación, lo que realmente está en juego no es solo el contenido de la discusión, sino las emociones, miedos, deseos y percepciones de las partes involucradas.
A diferencia de modelos como el de Harvard —centrado en intereses comunes, soluciones integradoras y propuestas objetivas—, la negociación táctica pone el foco en la comunicación emocional, la lectura del comportamiento y la generación de confianza. No se trata de manipular, sino de conectar. Voss enfatiza que lograr una verdadera influencia en el otro no pasa por imponer argumentos, sino por lograr que el interlocutor se sienta comprendido, respetado y en control.
Este enfoque se inspira directamente en las tácticas utilizadas por los negociadores del FBI en escenarios extremos. En una negociación con rehenes, por ejemplo, no existe la posibilidad de “dividir la diferencia” ni de hacer concesiones materiales. La única herramienta disponible es la palabra: saber qué decir, cuándo decirlo y cómo decirlo. En ese contexto, los negociadores desarrollaron técnicas específicas para generar rapport, reducir la tensión emocional y orientar la conversación hacia soluciones seguras.
Al adaptar estas tácticas al mundo cotidiano y empresarial, Voss demuestra que los principios que funcionan en momentos de vida o muerte también pueden aplicarse con éxito en entornos menos extremos, pero igualmente decisivos: una entrevista de trabajo, una reunión de ventas, una negociación de salario o incluso una discusión de pareja. La clave está en entender que cada conversación es una negociación, y que el objetivo no es solo lograr un acuerdo, sino hacerlo de forma que fortalezca la relación y evite conflictos futuros.
Entre los fundamentos de esta metodología destacan el uso estratégico del “no”, la empatía táctica, la observación del lenguaje no verbal, las preguntas calibradas y la importancia del silencio. Cada una de estas herramientas no solo ayuda a obtener mejores resultados, sino que también eleva el nivel de conciencia del negociador sobre la dinámica emocional del diálogo.
En resumen, la negociación táctica se diferencia por su profundidad psicológica, su enfoque en la conexión humana y su eficacia comprobada tanto en situaciones críticas como en interacciones cotidianas. Voss no propone una fórmula mágica, sino un conjunto de habilidades entrenables que permiten enfrentar cualquier conversación difícil con seguridad, claridad y humanidad.
3. El poder del “no” como herramienta estratégica
Uno de los aspectos más disruptivos del enfoque de Chris Voss es la revalorización del “no” como una herramienta poderosa dentro de la negociación. En la mayoría de los modelos tradicionales, se considera que el “sí” es el objetivo final —el signo claro de que se ha alcanzado un acuerdo—, mientras que el “no” es interpretado como un rechazo, una barrera o una pérdida de oportunidad. Voss rompe con esta idea al afirmar que, en realidad, el “no” es el verdadero punto de partida de una negociación efectiva.
Según Voss, muchas personas dicen “sí” por cortesía, presión o evasión, sin tener la intención real de comprometerse. Estos “sí” superficiales pueden generar falsas expectativas, malentendidos o acuerdos poco sólidos. En cambio, cuando alguien dice “no”, está protegiendo sus intereses, marcando límites y ejerciendo control sobre la situación. Y es justamente desde esa sensación de seguridad que una persona comienza a abrirse a una conversación genuina.
Lejos de ser un obstáculo, el “no” permite al negociador crear un espacio de confianza. Cuando el interlocutor siente que puede decir “no” sin consecuencias negativas, se reduce su ansiedad y se aumenta su disposición a colaborar. En este sentido, Voss incluso sugiere formular preguntas de manera que inviten al “no” como respuesta. Por ejemplo, en lugar de preguntar “¿le parece bien si firmamos esto hoy?”, se puede decir “¿sería una locura pensar en firmarlo hoy?”. Esta fórmula genera menos resistencia y permite que la otra parte sienta que mantiene el control de la decisión.
Además, el “no” ofrece información valiosa. Cada vez que una persona lo expresa, está revelando una objeción, una preocupación o un límite que, si se comprende correctamente, puede transformarse en una oportunidad para avanzar. En lugar de evitarlo, Voss recomienda acoger el “no”, explorarlo y usarlo como una brújula para orientar la conversación.
También es importante señalar que Voss distingue entre tres tipos de “sí” y enfatiza que solo uno de ellos tiene verdadero valor. Está el sí de confirmación (para reconocer que se ha entendido algo), el sí de compromiso (para aceptar una acción) y el sí de cortesía (para evitar el conflicto). El objetivo del negociador no es coleccionar “síes”, sino llegar al “sí de compromiso” de forma auténtica, lo que a menudo solo ocurre después de haber explorado varios “no”.
En definitiva, el “no” no debe ser temido ni combatido, sino comprendido y utilizado estratégicamente. Es una señal de que el diálogo es real, de que hay una base sobre la cual construir, y de que la otra parte se siente lo suficientemente segura como para expresarse con honestidad. A través de esta reinterpretación del rechazo, Voss ofrece una de las herramientas más potentes de su método: transformar la resistencia en apertura, y el desacuerdo en avance.
4. Empatía táctica
La empatía táctica es quizás el concepto más transformador que propone Chris Voss en Rompe la barrera del no. A diferencia de la empatía tradicional, que se asocia a una conexión emocional o afectiva con la otra persona, la empatía táctica es una herramienta deliberada, estratégica y sumamente poderosa para influir en la conducta del interlocutor. No se trata de sentir lo mismo que el otro, sino de demostrar activamente que se comprende su perspectiva, sus emociones y su situación.
Voss define la empatía táctica como la capacidad de identificar los sentimientos y estados mentales de la otra parte, y luego verbalizarlos de forma que el interlocutor se sienta profundamente comprendido. Este acto, aparentemente simple, tiene efectos inmediatos: reduce la tensión emocional, baja las defensas, crea una atmósfera de confianza y predispone a la colaboración. En palabras del autor, “el simple hecho de sentirse escuchado es tan poderoso que puede cambiar completamente la dinámica de una negociación”.
Para desarrollar esta habilidad, Voss sugiere una serie de técnicas prácticas. Una de las más eficaces es el etiquetado emocional (labeling), que consiste en identificar verbalmente lo que la otra persona podría estar sintiendo. Por ejemplo: “Parece que esto le preocupa bastante”, “Me da la impresión de que esto le resulta frustrante”, o “Suena como si esto no fuera lo que esperaba”. Esta técnica no busca confirmar si la emoción es “correcta”, sino mostrar que se percibe y se reconoce. Sorprendentemente, al poner en palabras los sentimientos del otro, se genera un efecto de validación que desactiva la resistencia y abre espacio para el diálogo racional.
Otra técnica clave es la escucha activa. En lugar de pensar en lo que uno va a decir después, el negociador debe estar completamente presente, captar matices en el tono de voz, pausas, lenguaje corporal, y responder con silencios estratégicos que inviten a la otra parte a continuar hablando. Voss recomienda incluso repetir las últimas tres palabras que ha dicho el interlocutor, una técnica conocida como espejeo (mirroring), que alienta al otro a expandirse y proporciona información valiosa sin necesidad de confrontación.
La empatía táctica también implica entender que detrás de cada posición rígida hay una emoción o necesidad no expresada. Si un cliente dice “esto es demasiado caro”, lo que podría estar diciendo en realidad es “tengo miedo de hacer una mala inversión” o “no estoy seguro de si vale la pena el riesgo”. Identificar y nombrar esa emoción subyacente transforma la conversación: en lugar de discutir sobre el precio, se habla sobre la percepción de valor, la seguridad o la confianza.
Lo interesante del enfoque de Voss es que esta empatía no es condescendiente ni pasiva. Es una herramienta activa que permite al negociador dirigir la conversación, desmontar objeciones y lograr resultados más sólidos. Cuanto más se siente comprendida una persona, más dispuesta estará a considerar nuevas posibilidades, incluso aquellas que antes rechazaba.
En síntesis, la empatía táctica convierte el acto de negociar en una forma de conexión humana profunda. No se trata solo de obtener un acuerdo, sino de construir una relación sólida, basada en el respeto y la comprensión genuina. En un mundo donde las conversaciones suelen estar marcadas por la prisa, la desconfianza o el ego, esta técnica ofrece una ventaja competitiva y ética al mismo tiempo: influir, sí, pero a través de la comprensión, no de la manipulación.
5. Comunicación no verbal
En Rompe la barrera del no, Chris Voss subraya que la comunicación no verbal representa una parte esencial —y muchas veces subestimada— del proceso de negociación. En entornos de alta tensión, como las negociaciones con secuestradores o criminales, aprender a interpretar señales no verbales puede marcar la diferencia entre el éxito y el desastre. Esa misma lógica, según Voss, es perfectamente aplicable a negociaciones empresariales, laborales o personales, donde lo que no se dice es tan importante como lo que se expresa verbalmente.
Uno de los primeros principios que destaca es la coherencia entre lenguaje verbal y corporal. Cuando las palabras y los gestos no coinciden, el interlocutor percibe inconsistencia y desconfianza, aunque no sea consciente de ello. Por eso, prestar atención a elementos como el tono de voz, las expresiones faciales, los movimientos corporales y la postura resulta clave para interpretar correctamente las intenciones y emociones del otro.
En cuanto al uso de la voz, Voss recomienda adoptar lo que él llama el “tono de locutor de tarde” (late night FM DJ voice). Se trata de un tono pausado, calmado, profundo y tranquilizador que transmite control, seguridad y empatía. Este tipo de voz tiene un efecto casi hipnótico sobre el interlocutor, ayudando a reducir la tensión emocional y a generar un ambiente de diálogo productivo. Según Voss, utilizar este tono en momentos críticos puede desacelerar una conversación acalorada y reconducirla hacia un terreno más racional.
Además del tono, también es importante la cadencia del habla. Hablar lentamente, con pausas intencionales, permite al otro procesar lo que se está diciendo y transmite autoridad. El silencio, en particular, es una herramienta no verbal poderosa. Cuando se usa después de una afirmación o una pregunta, obliga al interlocutor a llenar ese espacio, revelando con frecuencia información valiosa o mostrando señales de su estado emocional.
En cuanto al lenguaje corporal, Voss insiste en la observación cuidadosa de señales como el contacto visual, la dirección del cuerpo, los microgestos faciales y los cambios sutiles en la postura. Por ejemplo, una persona que dice estar abierta a una propuesta pero cruza los brazos, evita el contacto visual o retrocede ligeramente puede estar manifestando desconfianza o inseguridad. Aprender a detectar esas señales permite ajustar el enfoque de inmediato y responder con mayor precisión.
Asimismo, el propio lenguaje corporal del negociador debe ser consciente y coherente. Mostrar apertura (palmas visibles, postura relajada, cuerpo ligeramente inclinado hacia adelante), asentir mientras se escucha, mantener el contacto visual sin intimidar y usar gestos suaves refuerzan la percepción de credibilidad y empatía. Como dice Voss, “la forma en que uno dice algo puede importar más que lo que está diciendo”.
En el entorno actual de negociaciones digitales —videollamadas, mensajes de voz, correos—, estos principios siguen siendo aplicables. Aunque algunas señales no verbales se pierden, el tono de voz y las pausas siguen siendo recursos valiosos para transmitir calma y autoridad. Incluso en la comunicación escrita, la estructura del mensaje, la elección de palabras y el ritmo del discurso pueden reflejar dominio de la comunicación emocional.
En resumen, la comunicación no verbal no es un complemento del mensaje, sino parte integral del mismo. Quien domina este aspecto, no solo interpreta mejor al otro, sino que proyecta mayor influencia, confianza y control. Voss demuestra que los grandes negociadores no solo escuchan lo que se dice, sino lo que se omite, lo que se insinúa y lo que el cuerpo revela sin permiso.
6. Manejo de objeciones y resolución creativa de conflictos
En cualquier negociación significativa, las objeciones son inevitables. Sin embargo, para Chris Voss, no representan un obstáculo, sino una invitación a profundizar. Su enfoque propone abandonar el impulso de refutar inmediatamente los argumentos contrarios y, en cambio, utilizar las objeciones como herramientas diagnósticas para entender los verdaderos intereses y temores de la otra parte.
Una de las estrategias centrales que sugiere es el uso de preguntas calibradas. Estas preguntas no son cerradas ni conducen a respuestas binarias como “sí” o “no”, sino que están diseñadas para hacer pensar, crear colaboración y dar al interlocutor una sensación de control. Las más poderosas comienzan con “¿cómo…?” y “¿qué…?”. Por ejemplo:
- “¿Cómo espera que resuelva esto dadas nuestras limitaciones?”
- “¿Qué tendría que pasar para que esto funcione para usted?”
- “¿Cómo puedo ayudarle a sentirse cómodo con esta decisión?”
Este tipo de preguntas invita a la otra parte a formar parte de la solución, transforma la conversación en un proceso conjunto y, además, obliga a verbalizar aspectos que normalmente permanecerían ocultos. En lugar de defender una posición, el negociador se posiciona como un colaborador que busca resolver el conflicto de forma creativa y mutuamente beneficiosa.
Otro concepto clave en el manejo de objeciones es la idea de “descubrir el cisne negro”, término que Voss utiliza para referirse a información desconocida y de alto impacto que puede cambiar el rumbo de una negociación. Las objeciones, cuando se exploran con empatía táctica y preguntas calibradas, suelen ser la antesala de estos cisnes negros. Por ejemplo, una objeción sobre el precio podría estar encubriendo un problema de confianza, una política interna o un interés personal no expresado. Al descubrir esta información, el negociador obtiene una ventaja estratégica sin necesidad de presionar.
Asimismo, Voss destaca la importancia de validar las emociones del interlocutor antes de intentar resolver la objeción en términos lógicos. Aquí, el etiquetado emocional vuelve a ser útil: decir “Parece que esto le preocupa por el impacto que podría tener en su equipo” o “Me suena a que ha tenido malas experiencias anteriores con propuestas similares” puede desactivar el conflicto y abrir la puerta a una nueva perspectiva.
La creatividad también entra en juego cuando se reconoce que la resolución de conflictos no siempre pasa por concesiones tradicionales. Voss alienta a buscar soluciones inesperadas, adaptadas al contexto emocional y operativo del otro. Muchas veces, lo que el otro necesita no es un descuento o un cambio en las condiciones, sino sentirse respetado, escuchado o tener margen para justificar la decisión ante otros actores.
Por último, una técnica poderosa para desactivar objeciones defensivas es “hacer que el otro diga que no”. En lugar de preguntar “¿Está de acuerdo con este punto?”, Voss recomienda plantear preguntas como “¿Estaría completamente en desacuerdo si consideramos esta opción?”. Este tipo de formulación reduce la presión, evita que el otro se sienta acorralado y permite que exprese objeciones sin adoptar una postura rígida.
En definitiva, el manejo de objeciones y la resolución creativa de conflictos, según Chris Voss, no se basan en ganar discusiones, sino en escuchar activamente, identificar necesidades no expresadas y generar condiciones para que el otro participe en la solución. Es un enfoque que transforma el conflicto en cooperación y fortalece las relaciones a largo plazo.
7. Cierre y seguimiento
En la visión clásica de una negociación, el cierre es el momento culminante, cuando se firma un contrato, se alcanza un acuerdo verbal o se logra una concesión clave. Sin embargo, para Chris Voss, el cierre no es simplemente el final de una transacción, sino el punto de consolidación de una relación que debe mantenerse y evolucionar. Su enfoque reconfigura el concepto tradicional de “cerrar un trato” hacia la idea de afianzar un compromiso sostenible y relacional, más que meramente funcional.
Una de las ideas más relevantes que propone es que un acuerdo no debe ser forzado, sino confirmado naturalmente como el resultado lógico de un proceso de conexión, comprensión mutua y alineación de intereses. Si se ha aplicado correctamente la empatía táctica, el etiquetado emocional, las preguntas calibradas y la gestión efectiva de objeciones, el cierre llega sin necesidad de presión. De hecho, Voss sugiere evitar técnicas clásicas de cierre que buscan acorralar al interlocutor, ya que pueden erosionar la confianza y dejar la relación en un estado frágil.
En su lugar, recomienda asegurar que la otra parte llegue al cierre sintiéndose escuchada, empoderada y emocionalmente satisfecha con el resultado. Esto no solo aumenta la probabilidad de que el acuerdo se respete, sino que sienta las bases para colaboraciones futuras. Una técnica particularmente útil en esta etapa es confirmar el acuerdo haciendo que la otra parte exprese con claridad cómo y por qué funcionará. Preguntas como:
- “¿Cómo vamos a asegurar que esto funcione para ambos?”
- “¿Qué pasos debemos tomar para cumplir con lo acordado?”
- “¿Qué vería usted como señales de que esto ha sido un éxito?”
sirven para reforzar el compromiso y detectar posibles malentendidos antes de que se conviertan en problemas.
Voss también enfatiza la importancia del seguimiento posterior a la negociación. En muchos casos, las relaciones se deterioran después del acuerdo debido a la falta de comunicación, incumplimientos involuntarios o expectativas no aclaradas. Para evitarlo, recomienda mantener un contacto estratégico después del cierre, con un tono que refuerce el respeto, la colaboración y la apertura a ajustes futuros si fueran necesarios.
Otra herramienta importante en esta etapa es la verificación dinámica del compromiso. En lugar de asumir que un “sí” significa cumplimiento automático, Voss enseña a comprobar activamente si la otra parte está realmente preparada y comprometida. Esto se logra no con desconfianza, sino con precisión: clarificando los próximos pasos, asignando responsabilidades específicas y dejando espacio para que el otro exprese dudas o ajustes de último minuto. Es preferible resolver ambigüedades antes de ejecutar que enfrentar fricciones después.
Finalmente, Voss destaca que el cierre y el seguimiento exitosos dependen de algo más profundo: haber construido una relación basada en el respeto mutuo, la empatía y la honestidad estratégica. En su experiencia, muchos de los acuerdos más sólidos se consolidan no durante el momento formal del cierre, sino en los pequeños gestos posteriores: un seguimiento cordial, una acción cumplida a tiempo, un mensaje que reafirma la disposición a colaborar.
En resumen, para Chris Voss, el cierre no es un golpe final, sino una transición hacia una relación más robusta. Y el seguimiento no es un trámite administrativo, sino una parte estratégica del proceso de influencia continua. El verdadero éxito no está solo en lograr el “sí”, sino en hacer que ese “sí” tenga valor real, continuidad y confianza a largo plazo.
8. Conclusión
Rompe la barrera del no no es simplemente un manual de técnicas para negociar mejor; es una transformación profunda de la manera en que entendemos la comunicación, el conflicto y la persuasión. Chris Voss nos muestra que negociar no se trata de imponer, ceder o buscar fórmulas racionales universales, sino de conectarse con el otro a un nivel humano, emocional y estratégico.
Su enfoque —basado en años de experiencia enfrentando situaciones límite como negociador del FBI— demuestra que, incluso en los escenarios más adversos, es posible llegar a acuerdos efectivos si se domina la empatía táctica, se escucha activamente, se controla el lenguaje no verbal y se maneja el “no” como un aliado. Estos recursos no solo son aplicables a negociaciones de alto riesgo, sino también a las conversaciones cotidianas: desde resolver un desacuerdo con un colega o cerrar una venta, hasta establecer límites en una relación personal.
La principal fortaleza del método de Voss es que no se basa en suposiciones idealistas sobre la racionalidad del ser humano. Al contrario, parte del reconocimiento de que las personas son emocionales, impredecibles, y muchas veces no saben exactamente qué quieren o cómo expresarlo. Al incorporar este conocimiento psicológico, su propuesta no busca manipular, sino guiar con inteligencia y respeto, creando entornos seguros donde las personas puedan tomar decisiones con mayor claridad.
En un mundo cada vez más digital, donde muchas negociaciones ocurren por correo, chat o videollamada, las enseñanzas de Voss adquieren una relevancia aún mayor. Saber modular la voz en una videollamada, leer las pausas o formular preguntas calibradas por escrito puede marcar la diferencia entre un acuerdo que se concreta y una oportunidad perdida. Además, en contextos laborales donde se valora la colaboración transversal y la inteligencia emocional, sus técnicas fortalecen habilidades clave como el liderazgo, la resolución de conflictos y la influencia sin autoridad formal.
En definitiva, Rompe la barrera del no es una invitación a mirar la negociación como un arte relacional, no como una batalla de argumentos. Sus enseñanzas perduran porque se adaptan a los tiempos: son aplicables en culturas diversas, canales variados y ámbitos múltiples —del empresarial al personal—. Voss nos recuerda que la mejor forma de ganar una negociación no es conseguir más, sino construir relaciones en las que ambos puedan ganar con confianza, claridad y humanidad.
resuelve este pequeño cuestionario
Chris Voss fue negociador del FBI, y su experiencia profesional influye directamente en las estrategias presentadas en el libro.
El libro sostiene que obtener un “sí” lo antes posible es el objetivo principal en cualquier negociación.
La empatía táctica implica manipular emocionalmente a la otra parte para conseguir un resultado.
El tono de voz y el lenguaje corporal son considerados elementos cruciales en la negociación según Chris Voss.
El libro promueve el uso de preguntas abiertas como “¿cómo?” y “¿qué?” para manejar objeciones de manera efectiva.